Las
complicaciones generales pueden presentarse en cualquier cirugía, como las
hernias de pared o la tromboembolia pulmonar, o pueden ser comunes a todos los
procedimientos bariátricos, como las deficiencias nutricionales y la dilatación
del reservorio. A continuación presentamos algunas de las complicaciones
generales más frecuentes, con una breve explicación de cada una de ellas.
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Malnutrición protéica:
La
cantidad de alimento que se ingiere disminuye como consecuencia a los
procedimientos bariátricos. Las proteínas son el componenente más importante de
los alimentos que se ingieren, ya que son fundamentales para la elaboración de
diversas enzimas y otras proteínas, la regeneración de diferentes tejidos, y
participan en múltiples vías metabólicas. Por esta razón, las proteínas deben
ser el principal componente de la dieta en los pacientes bariátricos, y con
mucha frecuencia estos pacientes desarrollan grados variables de malnutrición
protéica con el paso del tiempo.
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Deficiencia de vitaminas y minerales:
Al
disminuir la cantidad de alimento, también disminuye la cantidad de vitaminas y
minerales que se ingieren con la dieta. Si a esta disminución de la cantidad de
alimento se le agrega algún componente malabsorptivo, la cantidad de vitaminas
y minerales que se absorben es mínima, y forzosamente se requiere su
administración. Todos los pacientes bariátricos requieren suplementos que
proporcionen calcio, hierro, ácido fólico y diferentes vitamínas, sobretodo las
del complejo B. Algunas enfermedades que se originan de las deficiencia de
vitaminas y minerales son la osteoporosis, anemias, neuropatías periféricas y
trastornos dermatológicos, por mencionar algunos.
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Trombosis venosa profunda y tromboembolia pulmonar:
Se
le llama "trombosis venosa profunda" (TVP) a la formación de coágulos
sanguíneos particularmente en las venas de las extremidades inferiores. El
paciente obeso tiene un riesgo elevado para la formación de coágulos, y la
cirugía abdominal con anestesia general incrementan aún más el riesgo de
desarrollar TVP. Cuando los coágulos se desprenden de la piernas, viajan por el
torrente sanguíneo hasta el corazón, de donde son bombeados a los pulmones. Si
el coágulo es lo suficientemente grande, puede obstruir por completo alguna de
las arterias pulmonares, provocando una "tromboembolia pulmonar"
(TEP). La TEP es la principal causa de muerte en los pacientes bariátricos,
presentándose de manera súbita generalmente en los días posteriores a la
cirugía. Para disminuir el riesgo de formar coágulos sanguíneos, se deben
administrar medicamentos y emplear diferentes medidas desde antes de la
cirugía. Sin embargo, a pesar de estas medidas, el riesgo de desarrollar una
TVP o TEP siempre esta presente en los pacientes bariátricos.
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Infección de la herida:
La
infección de la herida quirúrgica es una de las complicaciones tempranas más
frecuentes de todos los procedimientos quirúrgicos. El paciente obeso tiene un
mayor riesgo de presentar esta complicación debido a la cantidad de tejido
adiposo en la pared abdominal, y es menos frcuente en cirugía laparoscópica que
en cirugía abierta. Afortunadamente, esta complicación rara vez requiere una
reintervención quirúrgica, y la mayoría de las veces responden adecuadamente al
tratamiento con antibióticos y curaciones.
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Fugas y dehiscencias:
Una
de las complicaciones inherentes a todos los procedimientos en los cuales se
realizan cortes y reconexiones intestinales son las fugas y dehiscencias. El
término "dehiscencia" se refiere a la disrupción de alguna línea de
sutura, como puede suceder en el estómago seccionado o en las anastomosis
intestinales. Cuando existe una dehiscencia de alguna línea de sutura, el
contenido del estómago o del intestino se fuga hacia la cavidad abdominal,
causando una peritonitis. Muchos de estos casos requieren de una cirugía
urgente para identificar y controlar el sitio en donde se encuentra la fuga, y
para eliminar la peritonitis. Otros, sobretodo en aquellos pacientes en los que
se dejó algún drenaje durante la cirugía inicial, pueden ser manejados
conservadoramente. Esta situación es una de las complicaciones tempranas más
serias de la cirugía bariátrica, y puede ser una causas más de mortalidad.
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Náuseas y vómito:
Al
reducir de manera significativa la capacidad del estómago mediante la creación
de un pequeño reservorio gástrico, la cantidad de alimento que puede ingerirse
disminuye. Cuando el reservorio se llena y se distiende, produce la sensación
de saciedad. Si un paciente continúa alimentándose a pesar de que el reservorio
se encuentre lleno, el estómago es incapaz de acomodar el exceso de alimento,
provocando náuseas y eventualmente el vómito. Para disminuir la frecuencia del
vómito, los pacientes bariátricos deber de aprender a identificar las señales
del estómago cuando éste no pueda recibir mas alimento, y detenerse antes de
que se presente el vómito.
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Dilatación del reservorio:
El
estómago tiene la capacidad de distenderse para permitir acomodar los alimentos
ingeridos. Al crear un pequeño reservorio gástrico, la cantidad de alimento que
puede ingerirse es mucho menor. Si un paciente no regula la cantidad de
alimento que ingiere, con el paso del tiempo el pequeño reservorio se irá
dilatando para permitir acomodar cada vez mas cantidad de alimento. Esta
dilatación provoca la pérdida del fenómeno de restricción, e interfiere con la
pérdida de peso e incluso puede favorecer la recuperación del peso perdido. La
mayoría de los pacientes que presentan esta complicación tardía requieren de
una nueva cirugía para remodelar el reservorio y volver a producir el fenómeno
de restricción.
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Formación de adherencias y obstrucción intestinal:
Las
"adherencias" son cicatrices que se forman dentro del abdomen después
de cualquier procedimiento quirúrgico. Aunque la gran mayoría de las veces no
generan mayor problema, es posible que alguna de estas adherencias interfiera
mecánicamente con alguna porción del intestino, causando una "obstrucción
intestinal". La obstrucción intestinal es una complicación tardía de
cuaqluier procedimiento quirúrgico, y que en ocasiones requiere de una cirugía
urgente para su diagnóstico y tratamiento.
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Hernias de la pared abdominal:
El
abdomen tiene muchas capas, entre las que destacan la piel, la grasa
subcutánea, los músculos de la pared abdominal y una capa fibrosa que envuelve
a los músculos llamada "aponeurosis". La aponeurosis es la capa que
le proporciona la mayor resistencia y soporte a la pared abdominal. El término
"hernia de pared" se refiere a la presencia de un defecto en la
aponeurosis a través del cual protruye algún órgano intraabdominal. Estos
defectos generalmente se forman en las líneas de sutura, y son mucho más
comunes en pacientes sometidos a cirugía abierta que en cirugía laparoscópica.
Los síntomas principales son dolor y la presencia de un bulto en el sitio de la
hernia, aunque también pueden causar una obstrucción intestinal. El tratamiento
de esta complicación tardía siempre será quirúrgico, para regresar el contenido
de la hernia al abdomen y reparar el defecto.
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Hemorragias:
El
sangrado es una complicación latente en todos los pocedimientos quirúrgicos.
Aunque la mayoría de las veces es mínimo y bien tolerado, hay ocasiones que el
sangrado es más intenso y que puede comprometer la vida del pacientes. La
mayoría de estos casos pueden manejarse conservadoramente, posiblemente con
transfusiones de sangre. Sin embargo, hay la posibilidad de que el sangrado sea
mayor y no logre controlarse con medidas conservadoras; en estos casos es
necesario realizar una nueva cirugía para identificar y controlar el sitio de
sangrado.
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Lesión al hígado, bazo, páncreas, estómago o intestino:
En
cualquier cirugía existe el riesgo de lesionar los órganos intraabdominales.
Estas lesiones pueden ser mínimas, que no requieran tratamiento, y que no
produzcan secuelas o complicaciones para el paciente. Sin embargo, hay
ocasiones en que las lesiones a estos órganos son mayores, y que requieran un
tratamiento inmediato. Ciertas lesiones pueden repararse al identificarse, como
lo es el caso de alguna perforación al estómago o al intestino; otras veces las
lesiones no logran repararse adecuadamente, por lo que es necesario extirpar el
órgano afectado, como puede suceder con el bazo o con algún segmento de
intestino. En raras ocasiones las lesiones no logran identificarse en el mismo
tiempo quirúrgico, complicando la recuperación del paciente y posiblemente
requieran de una nueva cirugía.
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Incapacidad para perder peso:
La
finalidad de todo procedimiento bariátrico es la pérdida de peso. Existen
múltiples causas por las cuales no logra alcanzarse este objetivo, entre los
que destacan dilataciones del reservorio, transgresiones de la dieta, o un mal
apego al tratamiento. La incapacidad para perder peso requiere de una
evaluación integral para determinar la causa de la misma, y es posible que se
requiera de una neuva cirugía para corregir dicha causa, o para convertir el
procedimiento inicial en otro que produzca mejores resultados.
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Cálculos en la vesícula:
La
obesidad es un factor de riesgo para desarrollar cálculos en la vesícula
biliar. Además, la rápida pérdida de peso también puede favorecer la formación
de cálculos. Por estas dos razones, se debe evaluar la vesícula biliar en todos
los pacientes antes de someterlos a cualquier procedimiento bariátrico. Si
antes de la cirugía se identifican cálculos biliares, es posible extirpar la
vesícula en el mismo tiempo quirúrgico.
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